Versión.
Arcelia González Merino, economista y doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM, experta en bioseguridad: Creo que el tema evidentemente no es reciente, o sea, la presencia del maíz transgénico en nuestro territorio, por primera vez anunciado, demandado, fue a principios del Siglo 2001 en Oaxaca, algunas organizaciones campesinas y también se unieron algunas organizaciones no gubernamentales como Greenpeace, denunciaron la presencia de este maíz.
Me parece importante recordar que ante esta situación y preocupación, dado que, supongo que usted sabe y muchos de los que nos escuchan, también los saben, somos centro de diversidad, centro de origen, significa que aquí se inventó el maíz, que aquí existen más de 60 razas, ahora ya 64 reconocidas y es un gran riesgo la presencia de ese maíz transgénico. ¿Por qué? Pues porque el maíz se ha reconocido igual desde hace muchos años y por expertos agrónomos, como de polinización abierta. Significa que es imposible hablar de coexistencia.
Y de hecho, ya hay algunas presencia en otras ciudades de nuestro país, de este transgénico, se ha identificado también por pruebas, el Conahcyt ha publicado en su página pruebas que han constatado que el maíz transgénico está en tortillas, en totopos, en cereales, y justo porque importamos maíz transgénico.
Es decir, en aquel 2004 que se publicó la recomendación de representantes científicos desde el punto de vista social y desde las ciencias duras, así llamadas, de los tres países, se dijo recomendaciones, disminuir las importaciones de maíz transgénico por el riesgo de que se contaminen las múltiples variedades de este país. Y como esta Comisión de Cooperación Ambiental no tiene un carácter vinculante, solo se quedó en recomendaciones que nos hicieron caso. Porque las importaciones de maíz amarillo, que es el que importamos de los Estados Unidos y el que es transgénico, pues ha ido creciendo. Estamos hablando, en el último año registraron 16 millones de tonelada. Entonces, no se ha disminuido, no le hicimos caso a estas recomendaciones de la CCA y que se fue una recomendación de científicos.
Sí estoy preocupada, pero también con esperanza por la posición que tiene nuestra actual Mandataria de incluir esta importancia de proteger nuestro maíz nativo y criollo y elevarlo a nivel constitucional, lo cual para mí es una de las medidas muy importantes y ahí mismo este prohibir el maíz transgénico.
Si hablamos del Tratado Libre de Comercio con América del Norte, o el actual T-MEC, está contemplado en el Capítulo 24, que los países tienen soberanía para proteger su medio ambiente. Y nosotros seguimos importando este maíz, pues ya está sucediendo que se están contaminando las parcelas de los campesinos y productores agrícolas. Entonces, creo yo que sí tenemos herramientas con las que insistir, tanto desde el punto de vista del propio TLC, como desde el punto de vista de conservación de nuestra biodiversidad, de protección de nuestra salud, pues se ha comprobado que el glifosato es tóxico, es cancerígeno, lo dijo la Organización Mundial del Comercio desde el 2015.
Y pues parece que siendo Estados Unidos el primer productor de maíz y de muchos alimentos, está usando su gran potencial, su gran poder que tiene, para no hacer caso de todas estas, yo diría, evidencias del riesgo que tiene nuestro país como país consumidor abundante de las múltiples formas que producimos el maíz.
Lo que veo que está en este gobierno, a mí me da mucho gusto ver ese interés, esa preocupación por nuestro maíz, que en otros gobiernos no se veía y creo que además de lo que ya propuso la doctora Claudia Sheinbaum, sería conveniente, también dicho por expertos en este país, que México empezara a apoyar fuertemente la producción de maíz amarillo, no transgénico, evidentemente, para paulatinamente dejar de importarlo de Estados Unidos. Es como otra medida. El potencial, el suelo mexicano está hecho para producir cualquier tipo de maíz, no es casual las 64 razas presentes y de maíz amarillo sería posible.[tc <-]
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