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T-MEC en vilo.
miércoles, 6 de noviembre de 2024
AUTOR: Luis Carlos Ugalde GENERO: Columna
FUENTE: Reforma Online PÁGINA:
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(06-11-2024).- Si Trump gana la Casa Blanca puede dañar severamente la integración económica de América del Norte. No solo porque impondría aranceles de forma inmediata (10, 25 o hasta 200%), sino porque su programa de deportaciones masivas de ilegales y sus acciones militares contra cárteles mexicanos contaminarían severamente la relación diplomática. En el momento que redacto estas líneas no se conoce todavía el resultado electoral, pero es previsible que si gana subiría el tono de sus amenazas en contra de México y otros países aun antes del 20 de enero.

Si Harris triunfa podría presionar a México para cumplir con requisitos laborales y medioambientales más estrictos durante la revisión del tratado en 2026 -ella votó en contra de la ratificación del T-MEC en 2020. Pero ciertamente el riesgo para México sería menor.

A pesar de sus limitaciones, el acuerdo de libre comercio ha sido la idea más visionaria para el desarrollo compartido de América del Norte. Transformó la percepción entre los países y México dejó de ser el patio trasero (parcialmente) para convertirse en socio comercial. Para México, el tratado ha representado una oportunidad económica fabulosa. En 1994 exportamos a Estados Unidos poco más de 51 mil millones de dólares; en 2023, la cifra fue de 467 mil millones de dólares. Tenemos un superávit comercial de 168 mil millones de dólares.

No solo son números macro: más de nueve millones de empleos dependen del mercado exportador según cifras del INEGI. En estos años de baja inversión y de un bajísimo crecimiento, el mercado exportador ha sido una palanca hacia adelante.

Además del impacto económico, el acuerdo ha tenido un efecto de estandarización de normas y regulaciones entre los tres países y de cumplimiento normativo por parte de las empresas, aun aquellas de gobierno sometidas a regulaciones comerciales. NAFTA gestó un impulso de modernización en el sector exportador de la economía mexicana.

Cuando NAFTA nació en los años noventa tuvo muchos detractores en ambos lados de la frontera. En México, por ejemplo, Jorge G. Castañeda fue uno de los críticos más feroces: criticó el acuerdo porque implicaba el apoyo al gobierno autoritario de México y porque se había excluido el tema migratorio. En Estados Unidos, un ex candidato presidencial de corte populista, Ross Perot, lo criticó de forma semejante a como lo hace hoy Trump: porque destruiría la base manufacturera de Estados Unidos y eliminaría millones de empleos.

Treinta años después, la idea de América del Norte está en riesgo. No solo por el surgimiento del nacionalismo populista de Trump, sino porque pueden surgir voces que lo cuestionen en México también. Cuando inicie el proceso de revisión del T-MEC en la segunda mitad de 2025 y Washington exija más garantías como respuesta a la incertidumbre de la reforma judicial y las violaciones en materia de maíz transgénico y energía, habrá voces en el Congreso mexicano -como la de Fernández Noroña, por ejemplo- que digan que vale más la soberanía que los beneficios del comercio con Estados Unidos.

La presidenta Sheinbaum se ha manifestado a favor del acuerdo comercial y ha rechazado que México se acerque con el eje de los BRICS. Nombró a dos funcionarios experimentados a cargo de la revisión del T-MEC y de la relación con Estados Unidos. Pero ese tono de cordialidad se puede tornar en un nacionalismo defensivo y antiyanqui frente a las presiones de Washington, sobre todo si fuera Trump Presidente.

Los intereses estratégicos del país están en América del Norte, pero es necesario reforzar la idea de la prosperidad compartida. En los años noventa México invirtió grandes sumas de energía y recursos para combatir estereotipos y generar una imagen renovada del país. En los últimos años esos esfuerzos se han diluido. La austeridad obradorista colapsó los esfuerzos de promoción del país en el exterior.

Asimismo, la mala reputación de México en el mundo -quizá la peor desde la Revolución Mexicana- genera anticuerpos culturales y políticos respecto al país: la violencia, la crisis del fentanilo, el juicio de Zambada (antes El Chapo) y la migración han causado un daño en la imagen del país.

El avance del populismo en ambos lados de la frontera puede desplazar la lógica del bienestar por la lógica del nacionalismo y de una falsa defensa de la soberanía. El T-MEC puede estar en riesgo.[tc <-]



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